La otra Palencia
Exposición histórico-cultural

Hermanos poetas, hermanos artistas, hermanos historiadores del mundo: sabed esta verdad; y después, haced examen de conciencia

 
 
 
 






 






 
 





 

Desde aquí, desde esta Barcelona rica en producción y espiritualidad; desde esta ciudad magnífica que por tantas razones es ornamento y orgullo del Mediterráneo; desde esta fecunda tierra catalana, cuna de Maragall, de Guimerá, de Pablo Casals, de Clará y tantos artistas y poetas… yo bien quisiera que mi voz castellana – y por castellana universal – pudiera llegar hasta los lugares más remotos para adentrarse en lo profundo y sensible del alma de los poetas, de los artistas, de los músicos y creadores de belleza que sienten el noble orgullo de su misión de hombres de pensamiento libre.

Yo quisiera que los pintores, escultores, músicos, literatos e historiadores italianos, los puros descendientes del árbol genealógico de Francisco de Asís, Dante Alighieri, Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel, fueran testigos de la profanación que se está cometiendo en España, madre de pueblos próceres, creadora de mundos.

Yo quisiera que los continuadores de la gloriosa estirpe alemana de Alberto Durero, Juan Sebastián Bach, Beethoven, Goethe, Schiller y Wagner, oyeran este lamento angustioso de un artista español, de un escultor de la patria inmortal de Jorge Manrique, de Cervantes, de Lope de Vega, de Teresa de Jesús, de Alonso Berruguete, de Velázquez, de Zurbarán y Goya, de Galdós, de Unamuno, de Cajal, de Antonio Machado, de Falla y de García Lorca.

Yo quisiera, que los poetas, pintores, escultores y compositores portugueses, se sonrojaran de vergüenza ante ese pequeño tirano que cree regir los destinos lusitanos.

Y quisiera más aún: quisiera que mi pensamiento se elevara al espacio como un inmenso Arco Iris radiante para llegar hasta nuestros hermanos poetas, músicos, pintores y escultores de Sudamérica y Norteamérica, haciéndoles vibrar de santa indignación ante la bárbara agresión que se está cometiendo contra España; para que todos juntos fulmináramos para siempre a esos dos peligrosos enfermos mentales Hitler y Mussolini, que ha tiempo deberían estar recluidos en un manicomio de <<Superhombres>>.

Hermanos poetas, hermanos artistas: exaltemos la espiritualidad para que la tierra no sea solamente un ámbito de miseria, de injusticia, de dolor y de muerte; para que la trágica laguna estigia donde se está vertiendo tanta sangre de Iberia, no rebase al fin las riberas que alumbra la luz purísima de la conciencia y de la razón; que todavía es tiempo de que unidos los hombres de espíritu y limpia voluntad, podamos alcanzar el milagro de nuestra redención.

Envolvamos la tierra toda en una atmósfera de espiritualidad, que acaso por la espiritualidad nos será posible humanizarnos, comprendernos mejor y amarnos más unos a otros.

Hermanos de todos los puntos cardinales de la tierra, los que vinisteis en peregrinación fervorosa a esta gran Meca de la Historia y del Arte, los que recorristeis nuestras ciudades sagradas y os sentisteis sobrecogidos ante su grandeza, y ante la belleza de las piedras milenarias; hombres de sentimiento noble: ayudadnos a poner remedio a tanta destrucción salvaje y ciega; pero antes llorar por la España ya inmolada bajo los zarpazos de las más torpes ambiciones materialistas.

Hermanos poetas, hermanos artistas del mundo, sabed esta verdad… ¡Nos quieren matar el genio español!... He aquí el principal objetivo de los nuevos bárbaros. Y es porque el genio español nunca logró nacer al cobijo de las cámaras encarecidas de los palacios aristocráticos, ni en la tenebrosidad de las sacristías y los confesionarios, ni tampoco ha podido ser engendrado por los bostezos de aburrimiento de los cuartos de banderas de los cuarteles antañosos: sino que el genio español siempre tuvo la gracia de nacer a plena luz y del pueblo soberano.

Por eso están ametrallándonos tan sañudamente; porque pretenden destruir para siempre cuanto es inteligencia, sentimiento, heroísmo, bondad de corazón, lealtad, nobleza innata, grandeza y fuerza creadora. Todas estas virtudes reunidas son el gran pecado de que se acusa a la verdadera España, por este bello delito se nos está sacrificando día a día durante más de siete meses.

¡Hermanos poetas, hermanos artistas, hermanos historiadores del mundo: sabed esta verdad; y después, haced examen de conciencia!












 





 





 



 




 

VICTORIO MACHO, AÑO 1.937.


 
 
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